viernes, 26 de abril de 2013

Historia de una fascinación


Hace unos meses, a finales de agosto de 2012, estando en mi terriña en casa de mi hermano, Catu, con sus 4 recién cumplidos y su pasión por los libros, descubrió las aventuras el Asterix el Galo en los viejos cómics que teníamos mi hermano y yo de pequeños y que nos regalaba mi padre.
No sé muy bien por que, son ese tipo de cosas que se suelen quedar en la casa del que se queda. La que se fue, que fui yo, que llevo ya 13 casas, no se lleva nada, claro, ¡porque pesa! Pues ahí estaban algunos de ellos y ahí comenzó la fascinación de Catu por este personaje. Gracias a la biblioteca José Saramago, alias, Biblio infantil de la Vaguada, uno de los pocos servicios públicos que funciona en nuestra vida, pudimos leer toda la colección que ahora en abril de 2013 hemos acabado. Leer los papás, claro, ella, mientras, aprendiendo a leer de los globos de conversación. Los Romanos, Julio César, la India, Roma, Egipto, Mesopotamia, los Vikingos, los Indios Americanos, la Galia, los Celtas, sus dioses, Lutecia, Hispania, los Bretones (británicos), Asuranceturix, Ideafix, Karabella, Ordenalfabetix, Falbalá, Homepatix, Obelix y mi favorito: Panoramix, ninguno tiene secretos para Catuxa, incluso recuerda anécdotas de historias anteriores que enlaza con la que estamos leyendo, todos los días caen algunas hojas o incluso se dio el caso de leer una historia entera, alguna tarde lluviosa. Fascinación pura sin ningún juicio, con la aldea, el mar, el bosque, los jabalíes, los barcos, los piratas, las aventuras, las historias de este Galo irreductible y carsimático que toma una poción mágica que le da una fuerza sobrehumana y fascinación que por ahora solo puede compartir con su padre y su madre, de paso hacemos un poco de homeschooling, de mano de sus intereses! Este carnaval se disfrazó de Asterix, lo malo es que la pilló algo malita, (a las dos, mi primer catarrazo en años) psomatizando el destete. Hay quien se queda un poco flipado con estos gustos, mientras tanto nos dedicamos a disfrutar de sus elecciones. Raro es el día que no se sienta relajadamente a leer a su manera y examinar sus dibujos.


Por otro lado ayer me dijo que quería ponerse pendientes, juega con muñecos y que estaba enamorada... Me gusta ver como cada vez va siendo más ella, con su yang y su yin, equilibrados, aunque será difícil por los mil y un patrones que nos cuesta sacudirnos.  Desde luego temor a la hipersexualización de nuestra hija no tenemos. Mañana iremos por la zona cool de los Madriles a cortarse el pelo y buscar un comercio de Piercings, a la espera de que le digan como se hace y ver si sigue animada a ello. A mi me hubiese gustado esperar a que le viniera la regla para proponerle lo de los agujeros, me quedó la recomendación de "Madres e Hijas" rondando en la cabeza, pero será lo que ella elija en este caso.

Si os ha picado el gusanillo con Astérix no os perdáis en concreto uno: "Obelix y compañia" la crítica más mordaz al estúpido sistema neoliberal donde se vende lo "invendible" y lo que no necesitamos en absoluto! Y si queréis investigar donde se inspiraron Goscinny y Uderzo, os recomiendo cotillear "la guerra de la Galias", escrita por Julio César donde se cuenta la verdadera historia (cruenta y terrible) de la resistencia de la Galia Céltica Armoricana (con la fórmula secreta de la poción).


sábado, 13 de abril de 2013

Perder el pudor

Es curioso, pero no sé muy bien por qué nunca he sido demasiado pudorosa. Ni en lo físico ni en lo emocional, sí hay momentos en los que necesito intimidad, esos que escasean cuando tenemos un bebé o un peque, pero sin llegar a la exhibición, con la que tampoco me identifico, nunca he sido pudorosa.

Pero la VIDA, a veces, te pone pruebas, vaya si te las pone: reconocerte en el perfil de una paciente que una terapeuta ha plasmado en su libro. Esa paciente está mezclada con otras, a lo sumo ese personaje ficticio seréis dos o tres, y hay cosas falsas, deformadas, claro. Pero ahí estás tú, te ves. Pensabas que ya habías removido todo, creías que ya te habías perdonado y comprendido a tus ancestros, pero te vuelves a ver y viene el pudor, ese que creías que ya no existía.

El libro es "Amor o dominación" Los estragos del patriarcado de Laura Gutman. Conozco a otras mujeres que también están ahí y es que, como dice mi terapeuta de la institución de Laura (mi querida Marián, que me acompaña una vez al mes desde hace dos años, antes era Laura), somos legión, somos casi todas, las que llevamos los estigmas de la inmadurez parental, de la falta de mirada y de las etiquetas de nuestra infancia, legión. Quizás mi caso haya servido para ilustrar los discursos  que nos traemos con cada cosa que hacemos, que vienen de calzarnos personajes que nos ayudan a sobrevivir desde la inmadurez y la rabia: la lista, el callado, la resolutiva, la débil, la víctima, el victimario, el simpático, sí por que también hay hombres en el libro y también son muchos los "espejados". Por eso, en cierto modo el pudor se fue poco a poco, porque sentí que no era soberana de mi caso, que mi caso son muchos, que pudo haber servido para inspirar y así ayudar a otros y otras y lo hice de todos, lo solté al viento, ni me indigné, ni me enfadé, como le ha pasado a otras personas que
son libres de expresarse y sentir.


Como con casi todos los libros de Laura, es interesante asomarse a él y ver como despedaza y barre los bastiones y columnas carcomidas de nuestro sistema patriarcal, esas autovías escalofriantes de la normalidad que nos reprimen.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...