Catu en su "salsa" |
La semana pasada, una de esas tardes "imposibles" de siestas "imposibles" de cansancio infinito nos liamos la manta a la cabeza, preparé el terreno y ale, a pintar y guarrear con la pintura de dedos! Cuando me queda alguna neurona después de las noches, la soledad, el madrugón y “salvar al planeta”, he descubierto que la creatividad nos rescata a las dos casi siempre y la cosa, a pesar del cansancio (que a veces provoca hasta mareos) es mucho mejor. Compensa estar activas!
Es el cuarto intento en lo que va de verano y he observado una “involución-evolución” del dedito que pinta a la mano que arrampla la pintura y la reparte por todos lados. La próxima vez y gracias a unas recomendaciones Waldorf lo haré de otro modo: se trata de ofrecerle los colores básicos en porciones menos escandalosas e ir cambiando con el tiempo.
Es curioso porque hace tiempo vengo observando que el tema de las alternativas “parece” que funciona porque lo tiene interiorizadísimo (lo veréis en el vídeo), sabe que en la pared a mamá no le gusta que pinte porque luego hay que limpiarlo (confieso que en el fondo me da igual, no sé si ella lo percibe, parece que no) y es un rollo. Pero en ella y el papel…El final ya os lo imagináis, acabamos las dos en la bañera en medio de un agua con un color algo sospechoso, luego nos embadurnamos con aceitito de almendras porque salimos un poco resecas de tanta agua!
Qué chula!!! Qué rico es embarrarse y ser feliz!!!
ResponderEliminar¿Por qué nos resistiremos tanto a liarnos la manta a la cabeza? Estas "locuras" son lo que más relajan y hacen disfrutar a los nanos y a nosotras también.
ResponderEliminarMil gracias por comentarme lo de Miguel Jara, ufff no tiene desperdicio... me encanta leer sobre la otra cara de la moneda. ¿Te he dicho gracias?
Gracias, Dara
je je, pues sí, se les ve en la carita...
ResponderEliminarSí, el Blog de Miguel (otro al que no puedo entrar desde el trabajo) es muy recomendable.