viernes, 21 de octubre de 2011

27 cosas que deben haber experimentado los niños antes de cumplir los seis años.




Aunque se me antoja demasiado “Norteño” me gustaría pegaros aquí esta lista realizada por educadores daneses de escuelas infantiles verdes y extraída del blog del Grupo de juegos saltamontes. Digo norteño porque echo de menos pisar la arena de la playa (de todas: mediterránea, atlántica, volcánica…) bañarse en el mar, sentir las olas, bañarse en un río…

La semana pasada estuvimos por la Vera, visitando a unos amigos, disfrutando de la naturaleza en una casa sin muchas comodidades pero sí con calidad de vida, que muchas veces se confunde una cosa con otra.






Pensando en que algún día quizás, demos el salto. Arriba unas fotitos, antes de la recolección de fresas de otoño y de bañarse en un río (a mediados de Octubre!)

martes, 11 de octubre de 2011

Genialidad y Aprobación paterna


Hay algo que me ronda la cabeza últimamente. No hago más que leer en biografías de genios y grandes creadores la siguiente coincidencia: Einstein: su madre le repetía que era retrasado, Mozart su padre le obligaba a ensayar horas y horas lo castigaba y amenazaba, Nietzche no gozó nunca del amor espontáneo de su madre, Bergman era sucesivamente azotado por su padre con la connivencia de su madre, Steve Jobs: fue dado en adopción por sus padres biológicos… las gentes del mundo del deporte y los grandes logros físicos tampoco se salvan.

Ninguno o casi ninguno disfrutaron del amor y aprobación de sus padres biológicos o adoptivos en su infancia. No me quiero poner demasiado psicoanalítica , pero no puedo evitar que me huela a reacción causa-efecto. Nace la creación y la genialidad, el progreso del hombre blanco, como una forma de reivindicación del amor que no se tuvo? el tesón y el sacrificio como un modo de que nos acepten? ¿De que el mundo nos reconozca? ¿de que nos aprueben? de gritar! Hey! Existo! Queredme!!

Puede ser que sí…puede ser que no. Da para pensar y reflexionar. Sería el mundo en el que vivimos distinto de no existir la represión patriarcal? habría llegado el hombre a la luna? Existiría el requiem de Mozart?

"Según la opinión preponderante, estas personas-orgullo de sus padres- deberían tener una autoconciencia sólida y estable. Pero ocurre precisamente lo contrario. Todo cuando emprenden les queda entre bien y excelente, son admirados y envidiados, cosechan éxitos allí donde los consideran importante, pero de nada les sirve todo esto. Detrás acechan la sensación de vacío y autoextrañamiento, de vivir una existencia absurda, en cuanto se esfuma la droga de la grandiosidad, en cuanto dejan de estar on top. De tener la seguridad de la superestrella o cuando los invade el repentino sentimiento de haber fallado ante cualquier imagen ideal se sí mismos. Y entonces son ocasionalmente torturados por miedos o serios sentimientos de culpa o vergüenza."

Alice Miller en el Drama del niño dotado

lunes, 3 de octubre de 2011

Aquí no se tira nada...






Una mamá que tiene a un bebé


Circuito para bolitas y barra de poliestireno para pintar



Cocodrilo de cartón

Barra de poliestireno para clavar puntas y sacarlas



...o como echarle imaginación a las tardes ...

Por la conciliación, si es que existe los primeros años.




¡En la semana mundial de la lactancia materna que en España se celebra del 2 al 9 de Octubre!

Gracias a Ira por esta inicativa con la que mi hija y yo nos sentimos plenamente identificadas.


Tardé mucho tiempo en poder escribir sobre esta etapa de mi vida, la recuerdo como una de las más dolorosas, si no, la más, de mucho sufrimiento más que dolor, de brusco encuentro con una misma y con la sociedad en la que vivo, como dejé plasmado en las primeras entradas de este blog. Recuerdo con horror la presión de la incorporación a mi trabajo, horror del que tomé conciencia más adelante. Después de prolongar como pude, con vacaciones y horas de lactancia mi permiso de maternidad, me incorporé un 23 de febrero, cuando mi hija contaba con seis meses recién cumplidos.

Las primeras noches, que pasaba yo sola con ella fueron muy duras, yo me ausentaba por las mañanas y aquellas cuatro horas que dormía del tirón pasaron a convertirse en tres, o incluso dos o una. Noches interminables llenas de despertares reclamando mi presencia física y emocional. Madurgones, agotamiento y mi cuerpo lleno a rebosar de porlactina y progesterona, en resumen, atravesando mi puerperio. Muchas veces me preguntaba si estaba sola en eso. Veía y veo a mujeres a mi alrededor en mi misma situación que no parecían, digo parecían, estar pasando por nada similar, o resignadas a este respecto. Oía hablar de Estivill, o de cunas en otras habitaciones, Biberones, Ibuprofeno y te preguntas si al final en el lote “madre trabajadora fuera de casa” iba incluido todo eso y yo no estaba más que volando demasiado alto, aspirando a demasiado en esta sociedad. En este sentido y al cabo de unos meses encontré en Internet mi tabla de salvación, los foros. De repente me percaté que no estaba sola, que había mucha gente como yo, exactamente con mis mismos problemas, compartirlo me ayudó muchísimo.

Me sentía sola, enfadada, agotada, sorprendida de que criar con un mínimo de apego trabajando fuera fuese tan desgarrador y de repente me dí cuenta del enemigo que tenía delante, esta sociedad que hemos creado, en un país que se supone progresista y avanzado.

En vez de aceptar o asumir, luché y viví en tensión muchos meses, comencé a cogerle manía a mi hija por las noches, ya que además tardaba en dormirse y vivimos episodios muy desagradables. Recuerdo bien su carita de bebé inteligente y desconcertado ante mis salidas de tono, mi rabia y mi nerviosismo, apenas tenía paciencia y la tensión era tal que era ya incapaz de dormirme porque sabía que al poco se iba a despertar. Tampoco ayudó el hecho de que mi menstruación ahora dolorosas y acompañadas de un síndrome premenstrual muy marcado aparecieran al disminuir la demanda. Algo a lo que pensé que nunca me acostumbraría, ahora miro atrás y me sorprendo de la capacidad que he desarrollado para entender todo lo que le sucede, aún así siempre me he debatido entre mi bienestar que estuvo al límite y está durante largo tiempo, y el suyo.

Ninguna teníamos ni tenemos a culpa de nada, al final somos todos, la sociedad, la que poco a poco debería de entender que eso que llaman conciliación, no existe, al menos los primeros años de vida de una criatura. O se renuncia por un lado, o se renuncia por otro, de repente me dí de bruces con la cruda realidad, llena de necesidades creadas, entendí porque se somete a los bebés y a los niños a torturas conductistas a la hora de alimentarse o dormir, entendí porque se les manda a las guardería, y se les despierta tan temprano, actitudes que nacen muchas veces hechas desde el amor, siempre desde la ceguera o la sumisión.

Sí podría caber un trabajo por horas, dónde no se tuviera que madrugar o a donde se pudiera ir con el bebé. Si hubiese voluntad política… se sabe que un permiso por maternidad prolongada, constituye una inversión social a largo plazo en un país, así nos luce el pelo a nivel global. Mi hija tuvo la bendita suerte, de hecho estaba premeditado, de quedarse con su padre por las mañanas, pero esos momentos de angustia se nos han quedado ahí clavados. Y un sentimiento de culpa que tardé tiempo en desembarazarme de él, no entendí la dinámica en la que vivíamos, por qué hay que generar tanto sufrimiento en las madres y en los bebés.



Pero no cayó en saco roto, gracias a ese momento comencé a desempolvarme a mi misma, a la infancia que me había tocado vivir y al mundo en el que me tocó crecer.








Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...