domingo, 15 de mayo de 2011

NO ES PAÍS PARA NIÑOS.




Estos días se estrena la película de Montxo Armendáriz No tengas miedo. No la he visto y no creo que la vea. Está bien que se hable de la violencia sexual o del tipo que sea contra los niños, lo hizo Achero Mañas con El Bola y ahora Armendáriz. Muchas veces me prgunto. Qué pasa con los niños y las niñas, con la violencia hacia ellos, ¿por qué se denuncian los malos tratos domésticos y la sociedad está sensibilizada y sin embargo los niños son "un caso aparte"? Por qué nadie se escandaliza cuando se oyen los llantos desesperados de un bebé o un niño pequeño en una noche de verano durante días, llamando a su padre y a su madre, como me sucedió a mí el año pasado? Por qué es normal? ¿Aún dudamos sobre si vivimos en una sociedad enferma?


Os propongo un experimento. Probad a salir a la calle, a un parque, a una plaza, fijaos en la actitud de muchos padres y madres para con sus hijos de un año, añito y medio, dos, tres, cuatro, seis, siete, diez años, da igual la edad. Observad sus miradas de reprobación, que se clavan como rayos, sus tonos desafiantes, sus ademanes agresivos, sus amenazas continuas, y en ocasiones la agresión física que constato no es, muchas veces, el peor dolor. Hay algo que no me cuadra, que no encaja, que no comprendo, si tratamos con amabilidad, sensiblería, incluso ñoñería y algo de cinismo a las otras madres u otros padres, a los amigos, compañeros de trabajo, vecinos y conocidos, si felicitamos, damos abrazos, damos besos, si sonreímos, ocultando a nuestro niño herido... porque utilizamos tonos de voz, miradas y demás ademanes más propios de un Clint Eastwood cualquiera en el Bueno el Feo y el Malo, o de un domador de leones en un circo con nuestros propios hijos? Es que ellos nos se los merecen? ¿Son ciudadanos de segunda? ¿Gente con menos derechos?


Gritos y broncas a bebés de dos añitos, que se oyen desde la ventanas, llantos desesperados, tonos de voz agresivos y lo peor es que eso si que no hace falta leerlo en ningún periódico, se puede ver en cualquier sitio, en cualquier lugar, en nuestro primer mundo desarrollado en crisis financiera y de valores.

Me queda claro que el modelo educativo vigente es el autoritario, el “desde arriba”, eso es algo que incluso ponerlo en duda puede resultar peligroso. Rara es la ocasión en que se puede ver a alguien tratar con respeto a un hijo, con amabilidad, y si se ve se suele estropear al poco rato de que el niño, “incordie” “nos pida algo” o “haga algo que no queremos que haga” para que enseguida cambie nuestro “chip” y nos salga el Hyde que llevamos dentro. El Hyde que nos es otra cosa que ese niño falto y asustando que hemos sido todas y todos. Es más, no solo son las actitudes, también son las conversaciones entre adultos, llenas de reproches, etiquetas, faltas de respeto e incluso insultos a los propios hijos, el pan nuestro de cada día.


Como ya he contado a veces, sí, cada vez somos más locos y locas los que nos hemos dado cuenta de que aquí hay que cambiar algo cuanto antes, pero seguimos siendo pocos. Hay días que los despropósitos que veo cuando salgo a pasear son tantos que intento concentrarme en mi hija o lo que esté aconteciendo porque sencillamente hay cosas que me duelen y no entiendo, como me dolían y no entendía cuando lo hacían conmigo y no me gustaría perpetuar. Yo soy la rarita que pasea con su perro y su niña, que la lleva en brazos y la deja en el suelo cuando quiere correr o coger algo o andar, a la que le da teta, la que juega con ella mientras lo siga necesitando, la que se tira al suelo, la que le habla, la que se ríe con ella, la de las ojeras. Y lo más gracioso es que hay gente que me ve aparecer y como que disimula, se nota mucho, sé con absoluta certeza que genero antipatías, que me importa un bledo y en el fondo me cuesta entender por qué.


No todo es tan negro, si es cierto que muy de vez en cuando ten encuentras con padres y madres con una sensibilidad especial, que son de otra pasta, pero es muy de vez en cuando . Gente con la que intercambias " que si se despierta por las noches" "que si no quiere hacer esto o lo otro" " que si llora en la "guarde".

Son muchas pequeñas historias las que me rodean, muchos niños y bebés que sé que están pasándolo mal, sufriendo, y los niños y niñas mandan señales constantementre, señales que no sabemos captar con nuestras antenas rotas, con ese llanto de hartura, dolor y cansancio, reclamando sus espacio, su desarrollo y su dignidad.


Hablemos de oficialismos:


La Convención sobre los Derechos del Menor, creada en 1989 y ratificada por España el año siguiente, es el primer tratado internacional sobre este tema jurídicamente vinculante. En esta convención se reconoce que los menores de edad son individuos con derecho al pleno desarrollo físico, mental y social, y ofrece un modelo integral sobre salud, educación, bienestar social y participación que los Estados deben garantizar. En el último examen realizado a España se han sacado las siguientes conclusiones sobre salud mental

Salud mental infantil. Muestra inquietud porque existe una alta prevalencia de trastornos emocionales y psicosociales que no son abordados adecuadamente, así como por el aumento, en un plazo corto de tiempo, de la prescripción de psicoestimulantes a niños y niñas diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). “Nos encontramos con el problema de la doble marginación que sufre en España la atención de la salud mental de los niños y adolescentes (la que, por un lado, padecen en el ámbito de la Sanidad y, por otro, en el de la salud mental de adultos)”, según afirma la Asociación Española de Neuropsiquiatría en su Informe sobre la Salud Mental de Niños y Adolescentes presentado en 2010.
Por estas razones, emplaza a que se elabore una política nacional de salud mental infantil, que debe incluir la promoción de la salud mental positiva y el bienestar emocional, la prevención de los problemas comunes de salud mental en las escuelas, el tratamiento de atención primaria de salud y el desarrollo de equipos especializados en los servicios ambulatorios y de hospitalización. También emplaza a examinar cuidadosamente el fenómeno de la prescripción excesiva de medicamentos a los niños y niñas diagnosticados con TDAH y otros trastornos del comportamiento y a que se revisen los recursos psicológicos y educativos con los que cuentan sus padres y maestros.

Entre eso, y el último informe sobre pobreza infantil de la OCDE llegamos a la conclusión de que España, no es un país para niños.

2 comentarios:

  1. muchas gracias Patricia, me ha dado bastante que pensar, estoy de acuerdo contigo y yo también soy la loca del parque, que se tira al suelo con su hija de 8 meses, aunque de vez en cuando tb. Aparecen alguna loca mas. Aun asi creo que cada día tengo q seguir aprendiendo de mi hija, escuchar sus ncesides y no dejarme llevar por esa corriente de falta de respeto hacia los niños. Espero ser capaz de hacerlo bien. Un besazo

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  2. Ay! se aprende sobre la marcha María, para mí lo más revolucionario, ha sido todo un reto... fue encontarme conmigo misma, con esa niña que tenía olvidada, lo que me ayudó a entender muchas de mis actitudes que no alcanzaba a saber de dónde venían. Yo creo que ese es el quid. Ahora ya no soy tan exigente conmigo misma! aunque sigo aprendiendo de mi hija, cada día!

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