Esto que le ha venido muy bien al sistema post industrial y neoliberal, a las convenciones sociales y tanto a regimenes capitalistas como a comunistas está reñido en cierto modo con el concepto más básico de salud mental y cualidades humanas. Pero hete aquí que la crianza natural está de vuelta y que muchas nos hemos querido subir a su tren que marcha seguro pero despacito buscando ver plenitud en nuestro hijos.
Recuerdo que cuando mi hija nació, a mi “ensalada” de sentimientos se unía esa sensación de haberme embarcado en un reto reeducativo con respecto a mis valores de por aquel entonces. Entendí no sin cierto sufrimiento nacido de mis necesidades pasadas no cubiertas que había veces que no se podía comer a una hora determinada, dormir a una hora determinada, que mi pareja y yo, solos en esto, debíamos turnarnos y que durante casi dos años me tocó trabajar por las mañanas y dormir muy pocas horas por la noche colechando.
Poco a poco es cuando te percatas que si bien no hay que hacer que toda la vida de un hogar gire entorno a un bebé, si dependerá el hecho de sentirse amado si se siente respetado. Ahora que lo pienso en pasado gracias al porteo no renunciamos a viajes y demás, eso sí, la condición sobre todo en invierno eran sitios, libres de humos (ahora ya no tendríamos ese problema), limpios y tranquilos. Quizás lo llevamos a la práctica porque veíamos que a ella le encantaba salir, bambolearse en su Hoppediz y luego en su Dydimos, era feliz, se dormía (de hecho solo se dormía ahí durante el día), reía, se la veía feliz. Pero no son esos ires y venires lo que un bebé necesita, no son actividades donde la madre renuncie a su instinto por su intelecto.
El tiempo con un bebé en casa, el tiempo tal y como lo entendemos se desbarajusta. Ellos y ellas viene para recordarnos que somos humanos, que necesitamos nuestro tiempo, como las estaciones del año, las hojas se caen lentamente para volver a salir y así todos los años, no hay prisa, como dice Rosa Jové, no crecerán antes porque tiremos de ellas. Si nos tiramos al suelo con ellos a estar, jugar y verlos crecer , gatearán algún día y andarán, cambiarán, dejarán de hacer eso para hacer otra cosa, hablarán, dejarán el pañal, se vestirán solos. No hacen falta estímulos externos más allá del amor y el respeto, todo llega, solo hay que confiar y esperar.
Nuestra vida está compuesta de decenas de necesidades superfluas, necesidades que cubren muchas otras que no lo son en absoluto, incluso los bebés y los niños dan muchas veces muestras de ello, quieren ver la tele, comer dulces, comprar cosas.
Sé que mucha gente, entre la que se encuentran familiares y amigos, no entienden como puedo querer dedicar con regocijo, cada vez más (aunque no voy a negar que ciertas tardes y noches frías y lluviosas que pasamos solas ella y yo desde que tenía mes y medio no se me hicieran eternas) mis tardes solo a mi hija. Que no tenga tiempo de conectarme, de quedar con amigos con más frecuencia, de ir al quinto pino con ella, de hacer una llamada de cierta extensión, de que hayamos vendido nuestro televisor…simplemente veo que el momento en el que pueda hacerlo llegará y que ahora ella necesita a una madre que se ha ausentado todas la mañanas desde que ella tenía 6 meses y que la necesita presente. También sé que no se entiende que no me guste juntar varias actividades en el mismo día, que aspire al low profile y a la vida sencilla, que le pregunte a ella que le parecen las cosas, aunque haya momentos en los que use el “vamos a” cuando quiero crear un ethos adecuado y sé que vamos a salir beneficiados, el caso es como reaccione ella, aunque he comprobado que la determinación adulta hace mucho, los niños responden mejor al liderazgo que al control y no siempre es fácil ser líder.
Para quedar con alguien o con algo a las 18:00 una tiene que empezar a prepararse a las 16:00, y eso que, como decíamos antes un bebé pequeño se puede llevar y traer, aunque hay mucha gente como Rebeca Wild lo considera una falta de respeto, es como un bulto que se lleva y se trae, otro tema que da para todo un debate. Pero y cuando tienen dos años y no se quieren vestir, o quieren seguir jugando, como se va a llegar puntual a cualquier sitio o hacer diez cosas en solo una hora? Habrá gente que lo consiga, a mí no me sale si no es con lloros y malos rollos. Ella quiere que saltemos en la cama durante media hora, que hable con ella, que le cuente cuentos, que le cante, que la toque, que le haga cosquillas, que haga el bobo.
Y se aprende sobre la marcha. Cuántas veces he notado como estando presente físicamente estaba ausente para mi hija y como ella me lo ha hecho ver así, de mil maneras. Todo es más fácil cuándo hay conexión, cuando nos tomamos tiempo para entender, para intentar captar porque están en ese momento pintando en la pared o enfadados.
Para quedar con alguien o con algo a las 18:00 una tiene que empezar a prepararse a las 16:00, y eso que, como decíamos antes un bebé pequeño se puede llevar y traer, aunque hay mucha gente como Rebeca Wild lo considera una falta de respeto, es como un bulto que se lleva y se trae, otro tema que da para todo un debate. Pero y cuando tienen dos años y no se quieren vestir, o quieren seguir jugando, como se va a llegar puntual a cualquier sitio o hacer diez cosas en solo una hora? Habrá gente que lo consiga, a mí no me sale si no es con lloros y malos rollos. Ella quiere que saltemos en la cama durante media hora, que hable con ella, que le cuente cuentos, que le cante, que la toque, que le haga cosquillas, que haga el bobo.
Y se aprende sobre la marcha. Cuántas veces he notado como estando presente físicamente estaba ausente para mi hija y como ella me lo ha hecho ver así, de mil maneras. Todo es más fácil cuándo hay conexión, cuando nos tomamos tiempo para entender, para intentar captar porque están en ese momento pintando en la pared o enfadados.
Los bebés y los niños pequeños necesitan tiempo, en calidad y en cantidad, sus horas no son como las nuestras, sobre todo como los que vivimos en una gran ciudad. Se necesita tiempo para ir por la calle, coger bolitas de los arbustos, ver como ladra un perro, dónde hay un charco, agacharse si hay una rabieta o una contrariedad, hablar, intercambiar miradas. Se necesita tiempo no para medirlo si no para ver como son sus caquitas, si brillan sus ojos, para reflexionar, para equivocarse y aprender, para observar si le está gustando algo o no, para que se sientan en realidad acompañados. Como hacía Momo, la niña de la novela de Michael Ende, escuchaba porque tenía tiempo y no quería que se lo quitasen.
Los niños necesitan la Slow life, no es una moda para ellos, como lo pueda ser para un adulto que no creció así, es una necesidad. Esta es una de las razones por las que no me gustaría tener otro hijo por ahora, no busco que sea algo práctico al ver lo que necesitan los primeros años, mucho tiempo y dedicación. Y yo también lo necesito.
No pocas personas me han dicho que con todo se puede, que ellas o ellos criaron a tantos, que hicieron esto y lo otro. No me convence, no es posible hacerlo en una sociedad como la nuestra.
No es fácil reeducarse, quién ha dicho que lo fuera, lo único que sé hoy por hoy es que siento una enorme satisfacción al saber que ahí fuera, por lo de pronto, me importa poco lo que se cueza, sigo en mi nido, oliéndola, sintiéndola, interpretándola.
Un bebé o un niño no sabe lo que es una hipoteca, ni entiende que mamá haya quedado con esta o con el otro, o papá tenga prisa porque llega tarde. Le importa un pito que sea 28 de abril o 3 de diciembre. Sí saben si su madre está cerca de ellos en cuerpo y alma, si es de día o de noche, si se les quiere o si no.
Ellos y ellas lo necesitan y lo necesitan también para observarte a ti, para tenerte en cuenta y comprenderte muchas más veces de las que nos imaginamos.
es precioso Patricia esto que escribes, me siento muy identificada en cada una de estas palabras.
ResponderEliminarCuánta dulzura y cuánta verdad! Me ha emocionado profundamente leerte, me he sentido identificada y acompañada en este no tiempo. Cada salida se vuelve una aventura si vas a su ritmo, no hay nada dado por sentado, todo merece ser descubierto, admirado, tocado.
ResponderEliminarTe agradezco que hayas dejado tu dirección en mi blog, porque en tu perfil no aparece.
http://www.cuatroenlacama.com/search/label/Tonucci
ResponderEliminarjusto hoy he visto la conferencia de Tonucci sobre el diferente sentido del tiempo en los niños y en los adultos, ..además de abordar otros temas muy interesantes: límites, sobreprotección. Si no la has visto, es muy recomendable. Un beso