miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL FINAL DEL PUERPERIO

Madre mía que razón tenía/tiene la Gutman, dos años, como dos soles, (bueno, hay que añadirle el embarazo) de sensaciones animales, dudas (siguen ahí como algo bueno), agotamiento (esto si que se podría haber evitado de existir otra política social en este país), algo de “desnorte”. Las hormonas que van y vienen, el neo cortex al trote y el sistema libidinal al galope. Y como se disimula, se disimula como se puede, en esa sociedad anestesiada dónde ya nadie se entera de nada o no se quiere enterar, ¿qué tal el embarazo? “uy no me enteré de nada? Qué tal el parto? Uy! No me enteré de nada! ¿Qué tal la crianza? Uy! duerme de un tirón y en su habitación Mal asunto no? Eso de no enterarse de nada…una olla a presión sin espita.

Y es cierto, a los dos años aproximadamente “la nuez” empieza a funcionar de otra manera, es curioso, ya no olvidas tanto cosas que no tiene importancia, los olores cambian, tu olores, ya no te sientes tan animal aunque sabes que lo sigues siendo, el cuerpo cambia, todo a su tiempo, enlazas unos temas con otros, la conversación es más estructurada, más fluida, recuerdas, ordenas, te perdonas, creces, duermes mejor (se nos hace mayor Catu!).

Pues sí, he llegado al final de mi puerperio.

2 comentarios:

  1. Se nota un montón ¿verdad? Pronto querrás tener otro :P

    Saludos

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  2. recordar...ay mi memoria! se recupera por lo que veo, qué alivio! :).

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