Hace relativamente poco que me planteo este tema de forma seria. Es como si las cosas fueran viniendo cuando tienen que venir. Hace poco también leía una noticia que hablaba de un crío de 13 años en Italia que no sabía andar o andaba con dificultad y bueno, se me vinieron a la cabeza muchos síndromes, el de Munchaussen el de Munchaussen invertido etc etc etc. Las causas de la sobreprotección pueden ser varias y no vamos a entrar a analizarlas (narcisismo, control...) . Muchas y muchos hemos visto a madres y padres sobreproteger a "bebés" de 20, 30 de 40 años... curiosamente, muchas veces, son estas mismas madres o padres los que reprochan el "exceso" de mimos en forma de lactancia prolongada, colecho, etc. ¿Qué paradoja, no?
La línea entre amor y la sobreprotección es muy delgada, tan delgada como que muy frecuentemente se suelen confundir y todos acabamos por caer de una manera u otra. Un niño puede estar sobreprotegido y no sentirse en absoluto amado. El amor, bien sabemos, es algo que importa al que lo recibe y al que lo da, por ello ha de llegar también a esa persona, a su destinatario, solo eso puede identificarse como tal por mucho que nos empeñemos en querer y que nos quieran. En los niños esto tiene una relación directa con sus necesidades, necesidad de atención, de cuidados, de autoestima, de dignidad física y psicológica, de armonía y muchas cosas más.
Mi intuición me dice que es sobreprotección, por ejemplo:
• Evitar que el bebé en la etapa de invitación a la ingesta de sólidos no pueda tocarlos y llevárselos a la boca (el interesante post de Eloísa me lo ha recordado) . Recuerdo que Catu comía barritas de espelta con 7 y 8 meses y trozos grandes de fruta. Lo hicimos por pura intución y para que negarlo, comodidad. Nunca se atragantó.
• Evitar que el bebé gatee o se mueva libremente por donde quiera, en un entrono preparado, si no corre peligro, siempre acompañado. Tenerlos sentados, llevarlos en brazos o en carrito cuando ellos desean andar, gatear o correr y no corran peligro (peligros que habremos de explicar previamente con palabras sencillas)
• Evitar que ande, porque se puede caer
• No sacarlo a la calle porque hace “mucho frío” o “mucho calor” (esto último ya es más peliagudo)
• Acercarle cosas o darle cosas que no ha pedido.
• Solucionar sus “problemas” por defecto, emocionales, físicos… (siempre recuerdo el ejemplo del Langui, cantante de la Excepción, que de pequeño sufrió un ataque de polio, sus padres jamás le bajaron el bote de Cola.Cao al estante de abajo como dice en una canción)
• Ayudarlos a subir un columpio, instalación, barera arquitectónica, (muchas) si ellos no quieren que les ayudes (dependiendo del niño bebé esto suele ocurrir en la etapa del “no” y el “mío”). En el campo o entornos naturales, lo mismo.
• Regañarles porque se suben a sitios, van a sitios que les resultan atractivos y menos, asustarse-asustarlos y aún echar broncas a bebés de un año por irse del lado de sus padres como he visto yo, muuuchas veces.
• No dejar que toquen ciertas cosas.
• Decidir que cosas les dan miedo o no sin antes preguntar o averiguarlo. Trasmitir o imponer nuestros miedos a, por ejemplo, perros, animales en general, ciertas personas, situaciones etc. (aunque en la época fusión madre bebé que dura aproximadamente hasta los dos años o más se suelen trasmitir por defecto).
• Acabar o hacer nosotros sus juegos. Intervenir en sus relaciones y sus juegos cuando ellos no lo quieren así.
• Vestirlos si se quieren vestir ellos solos.
• Darles de comer si quieren comer solos.
• "Tapar" los síntomas de ciertas enfermedades o abusar de los medicamentos.
• El exceso de higiene
Y muchas cosas más como darles teta cuando no la piden, por ejemplo, cuando se caen... el exceso de elogios etc etc.
Todas estas cosas, en las que nos reconocemos y que normalmente se suelen hacer porque “hay prisa” o “porque ellos no saben” no fomentan su autonomía y no hacen que se sientan más “amados”.
No es sobreprotección ayudar si piden ayuda o responder a sus demandas, defenderlos de niños pegones cuando son pequeñitos, no tienen recursos y defendiéndolos de forma pacífica se sentirán valiosos y tomarán nota para hacerlo ellos en el futuro, escoger alimentos sanos, entornos sanos, el colecho, evitar que vean mucho "la tele" (o que no la vean en absoluto, aunque aquí hay todo un debate), prestarles atención proactiva, no querer escolarizarlos para que se "acostumbren " (¿qué se acostumbren a qué? ¿a sufrir?) la lactancia a demanda y la prolongada, llevarlos en brazos si ellos quieren, el porteo...
Como veís el límite es difuso pero ellos y ellas nos van enseñando!
Tiempo, mucho tiempo y paciencia para muchas de estas cosas no? Excelente post Patry.
ResponderEliminarComplejo tema. Me has dejado pensando. Para mí es diferente cuando las cosas se hacen "por prisa" que cuando se hacen "por miedo". Supongo que porque cuando las haces por miedo crees fervientemente que estás actuando bien, mientras que cuando las haces por prisa, pues eres perfectamente consciente de que no lo estás haciendo del todo bien pero que no te queda más remedio. No sé, es uno de los precios a pagar por vivir en esta sociedad tan moderna.
ResponderEliminarMe lo voy a pensar más :)
Coincido con Irene en lo de las prisas... Sobre todo al vestir al nene, o cuando vas andando por la calle y tiene que subir escaleras.
ResponderEliminarMe ha encantado tu post porque a mi, personalmente, me ha dejado discurriendo sobre los dos extremos de la balanza: la sobreprotección y el desapego. Por desapego me refiero a esos papás que quieren niños independientes desde los dos meses, que duerman solos, que sujeten solos el biberón, que se vistan sólos etc.
Es complicado tratar de satisfacer las demandas de dependencia/independencia de un niño, a la vez que se le anima a que haga cosas por si mismo.
Mi nene de tres años está ahora en el cole y me llama la atención cosas que me comenta la profesora, como que no se limpia los mocos... ¡¡¡Claro!!! Pues si a él no le molestan cómo se los va a limpiar, no lo considera necesario. En cambio es la visión del adulto la que determina la necesidad de limpiar los mocos y por eso vamos con el pañuelo detrás a decirle que se los limpie o que se los vamos a limpiar. ¿Eso es sobreprotección? ¿O es demasiado pedir que un niño de tres años se responsabilice de limpiarse los mocos si él no lo ve como algo molesto?
Lo que sí me ha venido genial es para intentar examinar fríamente algunos aspectos de nuestra rutina diaria para ver dónde puede haber sobreprotección (o desapego).
Sin duda es un temazo, ya que por ejemplo, se puede sobreproteger y vivir en el más abosulto desapego (que luego nos cobramos en la edad adulta) hay muchas relaciones así, se ven sobre todo en hombres en su edad madura, sobre todo en países latinos. No es fácil separarlo pero yo creo que si es flagrante cuando se cría con desapego a cuando no, eso sí. lo que un niño recibe y lo que le llena eso solo lo sabe él, el amor incondicional es la clave, yo creo. Aunque no estemos de acuerdo, los vamos a querer siempre...y se lo vamos a demostrar, o al menos intentarlo, eso sí, yo no veo nada de amor en esa actitud de "quita que tú no sabes" aunque hay que tener cuidado con eso también, el exceso de poder, abruma a los niños, en fin, todo un arte...
ResponderEliminarSobreprotección vs. desapego... para mí todo un temazo en el que muchas veces me siento perdida, en el que me da miedo pecar de uno u otro lado.
ResponderEliminarSolo sé que esto no lo aprendi,que no vivi un "amor saludable", que me toca aprenderlo ahora por mi cuenta e ir probando.
Me gustan los apuntes que haces sobre la sobreprotección, me los guardo para tenerlos en cuenta.
Abrazos difusos!